martes, 17 de junio de 2025

Relatos Breves

 

RELATOS BREVES

 

Qué terrible pensar que todo lo escrito desde lo más genuino del ser humano ha sido utilizado por otros seres menos humanos para denigrar al artista. Pero se equivocan al creer que con eso se para la creación. Esto es una muestra.

 

Había una vez un niño nacido allá por los años 20 del siglo XX en el seno de una familia acomodada. Vivía con sus hermanas Carmen y Julia. Así podía haber comenzado una historia de quien fuera un gran personaje real, ¿o quizá ya la escribí y también me la estafaron? Me da bastante igual en estos momentos porque, aún tengo la convicción de que esos ladrones de historias algún día me pedirán perdón. Esto no es ningún juego, ninguna intención por mi parte de manipular a nadie, sólo es la reivindicación para que quien lea éstas palabras sienta remordimiento.

 

Había una vez una joven que acababa de sacarse el carné de conducir. Era una chica bella, morena o más bien castaño claro con pelo ondulado y liso. Estaba muy contenta porque había conseguido sacarse el carné a los pocos intentos y su familia estaba orgullosa, bueno, al menos sus padres. Yendo al trabajo un día se cruzó con un motorista que iba en Vespa y hubo una colisión. El chico quedó tumbado en el suelo y la chica con mucho miedo salió huyendo. Ahí comenzó la desgracia de los años posteriores para su familia. Resultó que hubo manifestaciones oficiales ya que el chico de la Vespa murió. La chica asesorada por personas que la querían mucho salió inocente pero con una diana en la cabeza puesta por los familiares del motorista. Ésta podría ser una historia real pero no lo es. Sigamos creando comienzos:

 

Había una vez en una tierra poco favorecida por los habitantes que en ella habitaban, un tiempo en el que parecían que los hechos se repetían una y otra vez. Pasados algunos meses el tiempo no era lineal o eso parecía, o eso hacían creer, o tal vez es que fuera así cómo funcionaba ese mundo. Había que dar un salto hacia otra dimensión para llegar a una vida más “plena”. Las horas tenían un significado. Se podía viajar en el tiempo varias veces al día y los habitantes tenían la cualidad de desdoblarse en cada uno de los tiempos anteriores o posteriores. Pues no, la protagonista de este cuento se negaba a aceptar ese devenir de los acontecimientos e intentó e intentó que esa forma de vida no hiciera sucumbir a los habitantes que en esa tierra habitaban. ¿Qué cómo lo hizo? Fácil. Con amor. Pero claro, fácil lo tenía porque con sólo leer palabras llenas de bondad, sabiduría y esperanza sabía que aunque le iba a costar mucho esfuerzo, lo conseguiría. Tenía muchos enemigos que no la entendían, pues cada uno de ellos estaba demasiado ocupado en preocuparse por ellos mismos que no tenían capacidad para tener altas expectativas de futuro más allá del enriquecimiento propio y la bajeza de reírse de aquella ilusa. También existía algo muy opuesto a la creación humana, Inteligencia Artificial lo llamaban. Los hechos cotidianos ocurrían de forma acelerada para unos aprovechados de la IA, pero no para todos. Era tal la velocidad y la ansiedad de los aprovechados por pasar tiempo en ocio y festivales que se les “cortocircuitaron” los telómeros. Para quien no lo sepa los telómeros son un recubrimiento de unas membranas que cuando disminuyen por efecto de estímulos tanto negativos per se o recibidos de otras personas, como por estímulos negativos por exceso de adrenalina y otras sustancias como serotonina, que cuando se adquieren en exceso producen efecto rebote, pues dichos telómeros si son dañados en su función habitual biológica producen una sensación de frustración en los comportamientos, fatiga y desorientación existencial.

Ahí es donde nuestra protagonista toma las riendas de la situación y todo cambia para mejor.

Un día en el que los habitantes andaban perdidos por las calles de ese espacio, la protagonista, se fue acercando uno a uno y, cogiéndoles de la mano les reunió a todos en una iglesia. Al principio estaba sola en su labor pero tenía fuerzas suficientes para poder con ellos. De repente, hubo alguno que por inercia empezó a ayudar a la chica en su empeño de reunir a los habitantes. Os podéis imaginar las casuísticas de cada encuentro. Tardó mucho tiempo cronológico lineal en reunirlos, su pelo empezó a ponerse un poco más blanco pero era más importante conseguir reunir a la gente que la había despreciado que mirarse en un espejo. Intentó e intentó sin desfallecer aunque había días que le resultaba muy laborioso convencer a los habitantes que tenían que ir a la iglesia. Algunos no sabían ni quién eran, habían perdido lo más importante que era reconocer a sus familiares, a sus amigos, a sus compañeros de fiestas y viajes. Sería muy simple decir que llegó el día de la reunión y la chica buscó una canción y la puso en un volumen muy alto. Sería muy simple decir que cada uno de los habitantes se puso las manos en la cabeza y se dejó llevar por la música. La chica estaba exhausta por tanto esfuerzo y llegado el momento se acercó a la figura de Jesús de Nazaret que estaba en la iglesia. Se puso a sus pies y era tal la alegría que sentía por haber conseguido reunir a todos los habitantes que pensó que no le quedaba nada más por hacer. Pero he aquí que esa chica, esa protagonista tan peculiar, era madre. Empezó a rezar a la Vírgen María y de pronto muchos niños, que eran los que estaban menos perdidos, empezaron a repetir sus oraciones. Los adultos parecían niños, también empezaron a rezar y a recordar poco a poco quiénes eran o quiénes habían sido y, algunos parecía que no lo podían ni soportar. Aquella masa de personas rezaba cada vez con más convicción y la Vírgen María, en aquella escultura representada, en aquel cuadro dibujada, parecía sonreírles a todos. De repente ocurrió algo, alguien se acercó a la protagonista y la dijo: “madre, mamá aquí tienes a tu hijo”. Entonces la madre, digamos que cedió el testigo de todo cuanto ocurrió a su hijo para que condujera a aquellas personas a no volver a repetir sus errores.

Pasó un tiempo, esta vez sí lineal, las máquinas inventadas por los habitantes dejaron de tener importancia pues los habitantes tenían mucho trabajo que hacer, volviendo a los valores humanos que poco a poco se fueron estableciendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario